domingo, 21 de abril de 2013

Cronicas del CEFPIFST. Misión 1: contra el Dr. Nie; Acto 17

"..."
"..."
"..."

Los tres comensales se miraron y quedaron tan mudos que se podía oír el silbido que hacía el holograma. Ataru rompió el silencio.

"La organización ORTEGA, eh... Sí, el nombre es majo, pero..."
"¿Pero qué?", contestó Mendo
"Pero dejas las cartas muy sobre la mesa ¿no?"
"¿Qué quieres decir, Moroboshi?"
"Suéltalo, Mendo: ¿A qué departamento quieres que nos unamos?"
"... Eh... Como lo has sabido?"
"Cada persona tiene un precio, ¿No, Lamu?"
"Sí-tchá, cariñín"
"Bueno" Mendo estaba un poco confuso "Sí, iba a proponeros uniros a nosotros. Estoy harto de incompetentes como Roppongi o Warren. Si os uniérais a nosotros, cobrariáis mucho más, y dejariais de ser simples funcionarios dependientes de una organización situada en un planetoide que quizá no esté ni en esta galaxia"
"Pues me pido el reparto de Robo"
"¿Cómo?"
"Sí, es que hago quinielas y estoy harto de variar al Sabadell. El otro día Poli Rincón les metió un hat-trick- ¡Poli Rincón! Quiero ir con un maletín y untar al Ramos Marcos para la próxima jornada..."
"Eh. cariñín, que yo simpatizo un poco con el Betis y..."
"¿Y tú que te pedirías, Lamu?", le cortó Ataru echándole una mirada fulminante. Lamu se vio venir lo que deseaba. Era una mala idea, pero al ver que Mendo la miraba, respondió:
"Pues el de Guerra. Papá estaría encantado de volver a intentar conquistar este zafio planeta"
"No trabajamos para nadie, Lamu", contestó Mendo haciendo un imperceptible movimiento con el rabillo del ojo "Y menos para *CLINK* pasmas como vosotros" Dos haces de luz habían convergido en un momento. Los focos habían reflejado claramente el cuchillo lanzado por Ataru, y la katana de Mendo, siempre a mano, apareciendo cuando menos de la esperas, lo había desviado.
"Ibas bien, Moroboshi. Unas decimas más y se acabó Nie. ¡Ahora es mi turno!"

Mendo dio un salto tremendo y se puso sobre la mesa. Ataru tuvo tiempo de pillar la botella de cava que había dejado el somelier y, parando la espada con una mano, golpeó a Mendo en las manos con la botella. Ataru y Mendo se miraron frente a frente.

"Has mejorado, Moroboshi. Antes parabas mi katana con las dos manos."

Ataru no contestó. Estaba demasiado impactado mirando las manos de Mendo, cubiertas con unos extraños guantes. Ni se dio cuenta de que la mano con que había parado la espada le sangraba profusamente.

"Tus manos... Cómo has logrado... ¿Cortarme?"

Lamu no había podido intervenir. El guarda que tenía detrás la había agarrado. Solo podía ver con horror como los ex-amigos peleaban y cómo su cariñín había perdido.

"Estos guantes... ¡Los usa el KGB para estrangular sin dejar huella!" Fue lo único que se le ocurrió decir.

"En efecto, Lamu-chan. Guantes con micro-motores hidráulicos.  Aumentan 25 veces la fuerza del portador cuando coge un objeto. Y como son metálicos, tamnbién son ideales para ESTO", y le pego un puñetazo en la cara a Ataru, que salió despedido, la nariz rota.

Ataru estaba casi sin sentido. Mendo le puso la katana en la yuglar.

"Se nota que estás bien entrenado, Moroboshi. Si fueras otro, ya te faltaría media mano con el corte que te he dado, y no tendrías una herida superficial en la cavidad carpo-metacarpiana y la nariz hacha cisco"

"Gue te godan"

"¿Aún me respondes? Bien, pues ya no me da la gana ejecutarte ahora mismo. No... Es demasiado fácil. Vlad, Silviano, Gheorge", dijo llamando a los tres guardaespaldas mientras pasaba del japonés a un perfecto inglés (era el número uno de la clase, después de todo) "Vlad. Tú llévate a la chica al enfriador del núcleo; Silviano, Gherorge, usad al tipo este de felpudo y me lo dejáis en cualquier habitación de servicio. Oh, y no uséis los phasers, éste no los siente." Volvió al japonés "Que te jodan a ti, Moroboshi. Ahora, si me permites, tengo trabajo que hacer"

Lamu se tuvo que mostrar fuerte y no mirar como Ataru aguantaba en silencio la paliza que le estaban dando. No ofreció resistencia y se dejó llevar. "El núncleo...", pensó.

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Ataru se despertó dolorido. Se miró la mano herida. Alguien le había hecho un torniquete, y pudo distinguir que tenía la nariz curada y tratada. Supuso que esos dos querrían un punching de calidad. Del smoking solo le quedaba la camisa, los pantalones y el calzado. El resto se lo habrían quitado mientras estaba en los brazos de Morfeo.

Se sentó en el suelo. ¿Cuánto tiempo habría pasado? Perdió el conocimiento de un golpe de porra que le vino por detrás. Era extraño, porque los dos guardias estaban delante. ¿Es que había otro? Miró alrededor. Roca y hormigón. Y una rejilla bastante grande, de cobre.

¡Una rejilla¡¡Esos capullos lo habían puesto en una habitación con rejilla, y encima de un material frágil! Ataru no se lo pensó dos veces. Estaba a su alcance. Saltó... Y una corriente de alto voltaje atacó su cuerpo.


2 comentarios:

  1. Visto que la chica Bond no es la mala, ahora toca el momento de escapar de la celda, salvar a la chica en el último momento y huir con la base enemiga en autodestrucción.

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    1. No es spoilers cuando digo: Bingo!

      (Voy a editar este episodio a fondo. Cuánta falta!)

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