martes, 26 de febrero de 2013

Cronicas del CEFPIFST. Misión 1: contra el Dr. Nie; Acto 14

Tras dejar inconsciente a su adversario, Ataru, Lamu y Pernell aceleraron el paso y atravesaron la jungla, guiándose siempre con el contador geiger de 7F.

"El contador suena con más fuerza si vamos hacia el noreste. Allí debe haber material radiactivo por un tubo, y no tenemos protección"
"A mí, tchá, la radiactividad aumenta mis poderes"
"¿Sus qué?", preguntó Pernell, extrañado.
"Sus molares ¿No has visto que tiene un problema en la dentadura?", Lamu echó una mirada fulminante a su cariñín, que le lanzó otra de vuelta,
"¿Hablas de los colmillos?"
"¿Lo has notado, eh?"
"Sí, parece una vampira, o un súcubo"
"Oiga, Pernell...", empezó Lamu, molesta.
"Es un problema óseo muy poco común, y la rediactividad le aumentará el problema. La pobre no podrá decir nada del dolor de muelas que tendrá", le cortó Ataru

Lamu se calló. Estaba siendo un poco cruel, pero el reglamento del CEFPIFST lo decía claro: los agentes de origen no oriundo a la Tierra, mutantes o descendientes de entidades benignas o malignas debian guardarse de mostrar sus poderes por tal de garantizar su anonimato (de hecho se tenía que arreglar constantemente el pelo para que Pernell no le viera los cuernecillos). Además, Hino-sama le enseñó varios puntos débiles: por ejemplo, si levantaba el vuelo ante alguen armado, se convertía en un objetivo más vulnerable, ya que las décimas requeridas para arrancar y moverse desde una posición estática la dejaban en desventaja: además, en campo abierto era muerte segura. Era útil para atacar en silencio o como fuerza añadida a la inercia de un desplazamiento, eso sí.. Pero si abusaba se le podrían deformar los pies por falta de ejercicio... Y eso era solo un ejemplo.
Tras varias horas de caminada agotadora, llegó el crepúsculo, y con él lo que Ataru esperaba. El contador Geiger se puso como loco en un llano: un páramo rocoso y lleno de lodo.

"Pernell... Esto es..."
"Sí, grumetillo, aquí era donde Garrett y recogimos las muestras"
"Aquí hay radiactividad como para alimentar toda una central nuclear de las grandes". Oteando a lo lejos, se veía una estructura grande: la explotación del Dr. Nie.

"Hemos llegado. Ahora se trata de sorprenderlos de noche y,,,"
"Cariñín, escucha esto"
"... acabar con la estructura de esta empresa..."
"Grumetillo... E...Ese... Rugido... ¡Es el monstruo!"
"... Y ¿El monstruo?"
"Cariñín, mira, allí, a lo lejos, lanza fuego como mi primo Ten-chan!"

Ataru afinó el oído. En efecto: de lejos se veían llamaradas y se oía un rugido potentísimo. La presencia de la colina en el centro de la isla no hacía más que darle eco. Sin embargo, ataru y Lamu, menos supersticiosos que Pernell pudieron comprobar algo:

"Santo dios... El monstruo. Ahora lo entiendo. ¡Qué horror!", musitó Ataru
Lamu acabó por él
"Eliminaban a esa pobre gente con..."
"¿A que tenía razón, jovencitos?"
"Sí, Pernell, perdona", contestó Ataru, "había un monstruo"
"Un monstruo con dos motores diesel", aclaró Lamu "Esos desgraciados han usado contra la pobre gente que se acercaba por aquí un carro de combate con deflagrador!"
Pernell entrecerró los ojos y lo vio bien: era un tanque al que le habían incorporado un deflagrador para ataques de cerca. Estaba pintado con ojos y mandíbulas, como un dragón. Era peculiar, porque no tenía torreta:
"Es un viejo Stridsvagn 103. Vi uno en Suecia cuando estaba en la Royal Navy, en una serie de presentaciones ¡Y yo creyéndome esas supercherías de los otros pescadores!"
"¡Y se dirige a nuestra posición!"
"¡Mierdchá, toda la estrategia a comar por sactchá! Hemos salido a campo abierto y no hemos reparado en el hecho de que allí pondrían la vigilancia más dura"

Ataru reparó en unos arbustos convenientemente alineados; un par de ellos más elevados que el resto. Una de esas casualidades que solo pasa en las pelis... Y en los retellings cutres de éstas:

"Rápido, Lamu, Pernell parapetémonos allí. Puede que aún duden de si somos de los suyos o el enemigo, y los podemos despistar. Pernell, tú que eres el veterano ponte detrás del todo. Lamu y yo te cubriremos. ¿Sabes dónde está el punto débil de este tanque, no?¿Pernell?¡Pernell!"
"Oeeeeoohhh... Sí. En el frente, bajo el cañón"
"Estás bien, Pernell? Pareces como un poco ausente"
"Sí grumetillo. Estoy bien. No hay problema. Hay una abertura bajo el cañón"
"Lástima que hayamos tenido que dejar la mirilla de las armas en la barca al huir de los ametralladores."
"El ojo es mejor que cualquier mirilla, grumuetillo. Y..." Pernell se cortó. Ataru casi lo estaba arrastrando hacia los matorrales sin que se diera cuenta. Sí, su cabeza estaba en otro lugar. En el lugar de todos los compañeros pescadores que perdió en pocos meses por culpa de esos asesinos. ¿Qué habrían hecho? ¿Ponerse a pescar en la costa? ¿Recoger conchas? ¿Simplemente querer ver esas instalaciones que estaban contruyendo en Sagussa? Pensó en Garrett, y en el chico que sobrevivió del ataque del monstruo y ahora estaba en un psiquátrico en Miami.
"Ponte aquí detrás, y si vienen por nosotros, indica cuando tendrán a la vista el punto débil"
"Sí..."
"Vamos allá"

El tanque seguía su camino con firmeza. Ataru no se movía del parapeto. Lamu se acurrucó de manera que su cabello verde servía de camuflaje. Los pillaría con una buena ráfaga de su UZI. Pernell tan solo miraba obsesivamente el tanque.

Vio como éste seguía hacia la jungla. Probablemente pasaría sin ponerlos en peligro. Delante de todo, la máquina sueca tenía una pala con la que iba derribando obstáculos. Las frágiles plantas cedían a su paso. En un momento dado, desapareció. Entonces, Pernell lo vio claro. Vio como Ataru empezaba a asomar de su parapeto. Y Pernell disparó contra Ataru.

La bala se quedó en la arena. Ataru saltó a esconderse al otro lado del parapeto. Lamu y él se quedaron mirando al pescador jamaicano. De pronto, Pernell saltó como él, se giró y empezó a disparar hacia un punto en concreto. Ataru empezó a ver una especie de aura en torno a Pernell. Y entendió.

"PERNELL ¡NO HAGAS ESTO, POR EL AMOR DE DIOS!"

Lamu también lo vio y empezó a levantar el vuelo, Uzi en mano.

"¡No te muevas, 8O! Es lo que ellos quieren", gritó Pernell, que había oído el ruido de los arbustos entre todo el follón. Justo a unos 30 metros de él venía el tanque. La veteranía de Pernell habló más que él: la tripulación del tanque lo había descubierto a él hace rato, cuando, ausente, y falto de aglidad por años de inactividad, se había colocado en una mala posición. Habían tomado un atajo a través de la espesa jungla para atacar por detrás, habiendo bajado la potencia del motor para que pareciera que se iban lejos. El ruído del motor y el suelo húmedo hacian casi indistinguible los trastazos que se iban dando los áboles y arbustos al caer.

Pernell vio claro el objetivo: pudo ver la ventanilla, a través de ella, una cara tapada. Disparó sin pensárselo. Vió como la máscara se teñía de rojo y desaparecía.

"¡JA, JA, JAAAAAA!" Pernell escupió y entonces les soltó a los del tanque "Asesinos de mierda, sufrid lo que..." Fue lo último que se le oyó decir. Una tremenda llamarada surgió del tanque y unos tremendos gritos de dolor y agonía y el sonido de algo explotando sucedieron a las palabras de Pernell. En lo que parecieron varios minutos, Ataru y Lamu vieron la figura de Pernell retorciéndose, deformándose espantosamente y cayendo.

El tanque escondió su lengua de fuego. Lamu se acercó corriendo. Las últimas llamas devoraban lo que quedaba de la figuara calcinada de Pernell. La llamarada había sido tan fuerte que la Desert Eagle de Pernell había explotado y se había fundido con su mano. Lamu miró a su cariñín con una mirada muy triste, pero conservando la sangre fría, y le hizo que no con la cabeza mientras se pasaba el dedo índice por la yuglar. Ataru lo miraba todo como en un trance. Pernell se había sacrificado por ellos y por aquellos seres queridos caídos vícitma de ese... De esos monstruos.

A paso vacilante, con los ojos llorosos, Ataru se acercó y se postró ante el montón de carne chamuscada que había sido Pernell:

"Perdona, Pernell. Perdona por haberte metido en esto..."

Lamu miraba contemplativamente la escena. Entonces miró hacia el que había sido el parapeto de Pernell. Dos figuras en unos monos rojos se les acercaban. Iban armados con ametralladoras Stoner 63, según concluyó ella.

"¡Eh, tú!", le dijo uno de ellos a Ataru. Ataru estaba en su mundo.

Un culatazo lo sacó de allí. Lamu apuntó al tipo del mono con su UZI, pero de una patada el otro le hizo saltar el arma.

"Quita, gatita", le dijo, encañondándola. "Nie os quiere vivos, pero no ha dicho nada de daros de hostias. Y a mí me gusta ahostiar a las chicas malas."

Ataru se levantó aturdido. La sien derecha le sangraba.

" 'Sesinos... Hijosss.. de putahhhh...", y reaccionó dando un puñetazo en el estómago a su agresor. Éste cayó, pero cuando Ataru se abalanzaba sobre él un golpe con el arma en el cráneo por parte del que apuntaba a Lamu lo dejó de nuevo medio atontado

"¡CARIÑÍN!"

Lamu no se pudo aguantar y se abalanzó sobre el agresor. Logró darle un impactrueno, pero el traje lo protegió. Un fuerte culatazo en el estómago y una patada en los riñones dieron buena cuenta de ella.

"¿Nos llamáis asesinos cuando os habéis cargado a uno de los nuestros, eh? Qué juventud...", dijo el dolorido hombre de Nie al que Ataru había golpeado mientras se levantaba y se lo llevaba a rastras.

El otro pilló a Lamu, que se retorcía de dolor, por la frente con una sola mano (tenía una fuerza brutal), haciéndole un Camel Clutch, y cogiendo su arma le dio dos fuertes golpes en la cabeza, de nuevo con la culata.

"Ahora ya no eres nada, gatita". Le había roto los cuernos, fuente de sus poderes. Era algo muy doloroso, pero no profirió ni una queja. ¿Eran sus instintos de guerrera o que estaba semiinconsciente? De todas maneras, sabían hasta eso. Ahora Lamu era una chica como las otras, solo que con un buen entrenamiento. Lamu, aturdida, se dejó llevar hacia el tanque. Habían perdido la batalla.

Tras esposar a los agentes del CEFPIFST de manos y piernas, los hombres de Nie se llevaron a su compañero muerto, lo dejaron ante el vehículo y lo achicharraron aún más que a Pernell. Acto seguido, el tanque viró y se dirigió hacia su destino: La base del Dr. Nie.

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TRIVIA

Stridsvagn 103: Modelo de tanque sueco creado en los 60 que se caracterizaba por su ausencia de torreta. Si no me equivoco, la reja de protección alrededor del cañón se popdía bajar para ser utiliazada como pala o ariete antiobstáculos.



Stoner 63: Subfusil ametrallador de asalto que se usó en las vergonzosa Guerra de Vietnam y en la no menos sonrojante Invasión de Granada.




  
"A Lamu se le pueden deformar los pies con el abuso del vuelo": Respuesta real de Rumiko Takahashi a un entrevistador que le inquirió sobre como, pudiendo volar, la mayoría de los desplazamientos en el manga los hacía andando como cualquier hija de vecino.

  

2 comentarios:

  1. Creo que la diferencia entre las pelis de Bond y las de Tarantino es la cantidad de sangre.

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  2. Si tenemos en cuenta que Tarantino quiere dirigir una... Sin embargo, en 1989 se rodó una que se llamaba "Licencia para matar" (no faltará su versión, es mi favorita de la serie) que déu ni do el splatter.

    Esta noche voy a ir a ver - al fin - "Django desencadenado".

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