miércoles, 13 de noviembre de 2013

Crónicas del CEFPFIST: Desde la URSS con pavor; Acto 7

Zelgadis y Fülöp empezaron a charlar sobre el Caso Selinova.

"No la he vuelto a ver desde nuestra entrevista, hace tres días, cuando le tomé la foto. Es bonita, eh! Bueno, ella, no la foto, que era una Polaroid de mierda"

"Una dama hermosa"

"Y muy simpática y bien educada. Es un cebo ideal. No creo que todo esto nos lleve mucho tiempo. La recogemos en cuanto se ponga en contacto conmigo, se la mete en un avión privado, os dejamos en Viena y desde allí nos la llevamos a dóndequiera que ella desee largarse y tú a Barcelona con el ordenador. Misión cumplida, la KGB está satisfecha porque has mordido el anzuelo - ya que, sinceramente, dudo mucho que deseen tu captura. Es ese caso, tengo ya preparado un plan B - y ya han colado otra espía en Occidente."

"Mire, Gábor, no es por nada, pero como buen cristiano, soy un bienpensante: ¿Y si le gusto de verdad a la chica?"

"¿Y tú eres el considerado más frío de la Sección Omega, te respondo?"

Zelgadis se quedó cortado. Enseguida frunció el ceño y contestó:  

"Touché. Tiene razón. Si no se demuestra lo contrario, es un agente enemigo. Si es necesario eliminarla, no teman: lo haré rápidamente y no quedarán pruebas..."

"¡Tampoco creo que sea necesario llegar a estos extremos, tito! ¿No te habrás enamorado de ella al verla en la foto y estás en plena fase de rechazo de los hechos, verdad?"

3D intentó ocultarlo pero sí. Fülöp era un hombre sabio, sin duda. Su corazón lo delataba como en un cuento de Poe. No tenía ni idea de si ella había caído rendida a sus encantos, pero por lo que respectaba a él, había caído de cuatro patas en su hechizo. Le gustaban las mujeres con aspecto vulnerable, y la Selinova lo tenía de sobras.

Fulop lo sacó de su atolondramiento:

"De todas maneras, lo veo muy claro. Tres días aquí, un ligoteo y un buen plan de escape: como unas vacaciones para tí, perillán. Tú de momento no te preocupes por nada y visita nuestras dos ciudades: el hotel al que vas es un balneario. Échate unos buenos baños y diviértete.

Eso fue todo lo que tenía que decir Fülöp sobre el tema Selinova. Estaba lleno de confianza y optimismop sobre el tema. El poco tiempo que quedaba lo aprovecharon para disfrutar del Tokaji, las pastas y el café.

El Rolls esperaba en la salida del almacén. Una chica en uniforme oficial del CEFPIFST estaba al lado.

"Perdona si te he hecho esperar, hija, y gracias por estar disponible fuera de horas de servicio"

"No es nada, padre. Y no se preocupe por el tema del hotel, 3D. Es un cliente especial y le esperan aunque sea fuera de horas. Si quiere que pare para comer en algún sitio, le acercaré allí encantada."

"Hay que ver. Esta familia debe tener un poder tremendo aquí si han logrado hacerme pasar por VIP", pensó Zel mientras se metía en el coche. Entonces reparó en que el capó del Lada que los había seguido asomaba por una esquina, quieto.

"Mira, chaval, el Lada de cada día. Ahora te seguirá hasta el hotel. Si es que son un encanto" Fülöp entró la mano por la ventana y encajó manos con Zel. "De nuevo, no te preocupes por nada y pásalo bien. Buenas noches"

"Buenas noches a Vd. también, Gábor"

El Rolls arrancó y se perdió enseguida en la noche.

El conductor del Lada se quedó mirando fijamente como el Rolls Royce se alejaba hacia el horizonte. Fülöp se sorprendió al ver que no arrancaba, pero no le dio más importancia. Tendría órdenes específicas, pensó. El conductor estaba firme en su asiento. Su barriga rajada, sus intestinos salidos. El suelo del Lada estaba cubierto de rojo.

En un piso franco próximo, Blitzkreig quemaba unos guantes y limpiaba un cuchillo de combate balístico, del tipo que usaban la Spetnaz y el KGB... Y de los cuales el CEFPIFST había copiado el diseño.

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Hotel Gellért, 22:34 h.

"Como lo oye, quiero que me cambien de habitación. Esta no es de mi agrado, Si es necesario, pagaré extras"

La voz de Zelgadis sonaba calmada pero firme. El CEFPIFST había reservado para él una notable suite, no parecía que hubiera problemas... Pero 3D poseía un detector de ondas de radio. Tras darse un paseo por la habitación había detectado nada menos que 7 micrófonos ocultos, por no contar que estaban fuera de su alcance: en una silla, en el botón de un sofá, en el botiquín del cuarto de baño, en la cama... Alguien lo había vendido en campo llano. No importaba quien fuera. Había que largarse de ahí.

En recepción, la operadora estaba sorprendida. A su lado, un gerente que pasaba preguntó.

"¿Qué piden?"

"El huésped de la suite 6. Pide un cambio de habitación"

"¿Quién?"

"Un tal Sr. Zelgadis..."

"Ah, sí, un joven con pinta de dandy, que tiene la cara desfigurada. Es un VIP, Ági. Ofrécele lo mejor que tengamos"

"¿Seguro, Sr. Kiralý?"

"Sí"

La joven volvió al teléfono

"Sr. Zelgadis, solo tenemos disponible la suite 12, que es la nupcial..."

"Oh, no me importa eso, señorita. La cojo encantado... ¿Ahora sube un botones con las llaves y para traer las maletas? Es demasiado amable.... No, mujer, no... Dios la bendiga... A usted, buenas noches"

Al cabo de un rato y tras dar propina al botones, Zel estaba instalado en la suite nupcial. Tal y como sospechaba, los del KGB no habían tenido en cuenta que tendría un dispositivo detector. Toda la Sección Omega lo llevaba consigo, sobretodo en misiones en países rivales. En efecto, ningún micrófono.

3D volvió a llamar a recepción:

"Aiolos Zelgadis, suite número 12... Sí, esta es estupenda. De hecho llamaba para que me despertaran mañana a las 8:00 y me trajeran el desayuno... Zumo de naranja, café fuerte, dos salchichas, un huevo frito, pan integral y dos ciruelas... Sí, eso es todo... A Vd. caballero, a la paz de Dios."

Zelgadis se desvisitió, se dio una rápida ducha y se echo a dormir en pelotas. Ocho horitas de sueño reparador...

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A su vez, Fülöp estaba intimando con su amante, Anastasia, una actriz de reparto de pelis de destape que posaba mucho para revistas. Fülöp tenía fama por estar especialmente bien dotado. Estaba el viejo bandarra a punto de entrar a matar cuando Anastasia le respondió.

"Eh, no te he traído preservativos americanos de contrabando por nada, matusalencito."

Fülop se levantó, se giró de espaldas, y, haciéndose el enfadado, dijo en tono de desprecio: "Bah, castradora. ¿Me dejas con el puro enhiesto y me vienes con estas?", mientras se acercaba a coger su condón

Anastasia le siguió  la corriente y se le fue detrás, besándole los anchísimos hombros.

"Ooooooh... El matusalencito se ha enfadado con la nenaaaaaaa..."

"¡Sí!¡Y MUCHO!" exclamó Fülöp entre risas "¡Matusalencito castiga ne..."

*KA-BLAM*

La cama, el mobiliario que la rodeaba, la pared, cristales rotos... Todo voló por los aires. Fülöp se echó al suelo solo oir la detonación llevándose consigo a la aterrorizada Anastasia, que gritaba como loca. La cama les cayó justo encima, protegiéndolos, cuando sonó una segunda explosión, menos potente.

*GOOOM-ZING-ZING*

Fülöp sintió que objetos puntiagudos percutían su piel y desgarraban aquello que iban encontrando. Afortunadamente, el colchón había resultado ser un buen parapeto, y solo unos pocos de estos objetos le dieron, y en puntos no vitales.

Ahora Fülöp solo sentía un terrible dolor músculat y a una chica histérica pegándole gritos en la oreja. Prefería de lejos el dolor. Se miró el hermano pequeño. Aún suerte, no se había quedado en pincho moruno, pero se había quedado bien arrugadete, el pobre...

Entre los gritos de Anastasia pudo oír la preocupada voz de uno de sus hijos, que estaba de guardia: "¡Padre!¿Dónde está Vd?¡PADREEEEEE!".

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Zelgadis se presentó la mañana siguiente en el despacho de Fülöp, que llevaba varios vendajes por todo elc cuerpo. Sus hijos limpiaban lo que quedaba de habitación y el despacho con presteza.

"... Y como a mí me la trae floja lo que digan esos matasanos, me he escapado por la salida de emergencia cuando me han dejado solo un rato. Con los puntos de sutura ya me han dejado como nuevo. Anastasia aún está en estado de shock, pero se pondrá bien. Es una muchachuela fuerte", le contaba el jefe de la estación de Hungría a 3D.

"Así que dos bombas de relojería adosadas al almacén y programadas para explotar una tras otra mientras dormía Vd."

"Un trabajo muy profesional... Creo que es fácil determinar el culpable si tenemos en cuenta que..."

"No creo que sea tan fácil, rapaz. ¡Sándor! Trae mi equipo de pensar"

Uno de los Fülöp se dirigió rápidamente a una caja fuerte que había quedado intacta tras el atentado y sacó un zurrón

"Aquí tiene, Señor"

"Gracias, hijito". Fülöp sacó metódicamente del zurrón un gorro de cazador a cuadros, una capa a cuadros, una pipa y una lupa. Llenó la pipa de tabaco turco, muy fuerte, y encendió con una cerilla.

Zelgadis estaba flipado con el Sherlock Cutre que tenía ante las narices. Recordó que 9G (el agente Megane) le había hablado de que en Japón a disfrazarse de personaje de ficción lo llamaban "cosplay" desde 1983. A Zel le parecía un nombre ridículo. para definir un carnastoltas (como solía contestarle Zeros a Megane).

.. "Y ahora me voy a meter en mi rinconcito de pensar, bajo la moqueta". Fülöp tuvo que arrastrar a Zel bajo la alfombra, que con el humo de la pipa a Zel le parcía una cámara de Spandau. Llegado a un punto,  Fülöp buscó algo en la oscuridad, lo encontró, se oyó un PAF y se abrió una trampilla.


  


 


1 comentario:

  1. Muy entretenido capítulo. ¿GOOOM-ZING-ZING como onomatopeya de una explosión?

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