En 1946, el París de la Liberación quedó escandalizado por la publicación de la nueva obra de un autor norteamericano de novelas policíacas llamado Vernon Sullivan. Había llegado a Francia por medio del editor Jean D'Halluin. Se llamaba J'ai cracher sur vos tombres, y su contenido era tan fuerte que aún hoy día puede escandalizar a más de uno. La editorial fue multada, las Ligas de la Decencia se movieron en contra de su publicación... Ya podréis imaginar que fue un éxito, y la editorial publicó tres obras más de Sullivan, entre escándalos y ventas millonarias a nivel internacional.
Fue entonces cuando la verdad salió la la luz. No había tal Vernon Sullivan. El autor real de los libros era un ingeniero (con alguna que otra patente en su haber), músico y crítico de jazz y traductor llamado Boris Vian, que se suponía que era tan solo el traductor de la obra (Vian ya había traducido a Raymond Chandler, por lo que gozaba de cierta fama en el sector editorial). No contento con la que había armado, envió una carta a un periódico diciendo que no sabía qué hacían los críticos calificando sus libros, que eran pura basura y que no merecían para nada el éxito que tenían. Y encima se autocalificó de obseso sexual.
Con el tiempo, la cosa se relajó mucho, y Vian pasó a ser considerado un grande de las letras francesas. Incluso, en 1959, se llevó su Escupiré sobre vuestra tumba a la gran pantalla. Y aquí debo parar.
Como seguidor y crítico asíduo de la base de datos de películas de terror, ci-fi, fantasía y suspense Abandomoviez, me propuse ver todas las pelis interesantes de dicha base de datos. Empecé por 1896 y en un año y un par de meses me he plantado en 1959, habiendo visto casi 500 pelis bajo el alias de "bigladiesman".
Como dentro de poco tengo que ver esta peli y la novela corría por casa, la he cogido esta mañana... Y la he acabado hace un rato. Creo recordar que no me metía un libro en un día desde que leí Jeruso quiere ser gente allá por 1994. Pero entre que es corto y apasionante me ha pasado volando.
Este libro es enfermizo. Es una novela negra y de suspense que se sale de los límites del género, y quizá por ello, por su extravagancia, aparece en una base de datos de cine fantástico. Porque, en 1946, ¿qué libro podía contener batallas racistas, vendettas, sexo a punta pala y hasta un punto nauseabundo (lolicon del bestia y necrofilia en 1946? Pues sí), gore a mansalva o lenguaje extremadamente soez? Pues este.
La trama retrata a Lee Anderson, un hombre negro de rasgos más bien caucásicos aficionado al blues y la literatura con un odio cerval a los blancos, que mataron a su hermano pequeño por salir con una chica blanca. Su otro hemano es un pacífico pastor protestante de rasgos completamente afros y profesor de escuela que no tiene nada contra nadie, en franco contraste con Lee, osado y rebelde. A lo largo del libro, Lee se va destapando como un alcohólico obseso sexual que se folla a todo lo follable (pero sin pasarse de la raya como su amigo/rival Dexter, un blanco rico, violentamente pedófilo y extremadamente frío y calculador)... Pero todo responde a un plan: localizar a dos ricas herederas cuyo padre tiene una plantación de azúcar en Haití. Objetivo: venganza, y más adelante, quién sabe.
Vian lo explica todo con naturalidad. Vemos como poco a poco, y según se rebelan sus intenciones, Lee pasa de ser un héroe en lucha contra el racismo a un auténtico psicópata. Es la encarnación del antihéroe en todo su esplendor: la mayoría de los blancos que le reodean (y piensan que es uno de ellos) son un grupo de pijos obsesionados con el sexo duro y la bebida fácil, mientras van a Dios rogando (literalmente) y con el mazo dando. Gentuza despereciable. Enseguida nos ponemos a favor de Lee. y al final del libro, aunque no nos gusten sus acciones, nos encontraremos que deseamos que su plan salga bien y les dé su merecido a todos esos WASP cabrones. Es un gran mérito de Vian: en esa época, era ya escandaloso que nos pusiéramos de parte de un psicópata, pero que encima lo decorara con una narración absolutamentepasada de vueltas y por momentos terrorífica. Siendo un escritor novel, comete alguna pequeña torpeza, pero es perdonable. Nos va desvelando la verdadera naturaleza de Lee muy lentamente, añadiendo datos bien a poco a poco, manteniéndonos ocupados preguntándonos quién es ese y por qué se rodea de hijos de perra como los que salen en el libro. Ni te das cuenta y has llegado a la mitad. Y sigues y sigues, con episodios cortos, acción acelerada y un erotismo "over the top".
Cuando en 1959 se estrenó la película, Vian no acudió al estreno y había pedido que su nombre se eliminara de los créditos. Había tenido roces con los productores, que obviamente querían suavizar mucho el argumento la novela (yo sería el primero en hacerlo). Acudió de incógnito a una sesión matinal. Mientras veía la película, se levantó de pronto de su butaca y gritó "¿Y se supone que estos tíos son americanos?¡Y una mierda!", tras lo cual sufrió un paro cardíaco súbito, desplomándose sobre su asiento tan pronto como acabó de decir "Mierda". Murió de camino al hospital. Es el primer tío que veo al mataron de un disgusto. Tenía 39 años. Con él se fue una de las plumas más polémicas, afiladas, enfermizas pero al mismo sensacionales que dio la cultura de masas en la Europa de mediados del S.XX.
No me va mucho el género policiaco pero la tendré en cuenta que Vian tiene mucha fama(y el tono enfermizo me va)
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