A ver: este blog está dirigido a adultos y todos los adultos sabemos cómo San Nicolás de Bari (alias Papá Noel, Santa para los amigos) y los Reyes Magos llegan a nuestras casas cada año con una puntualidad récord (y a las de nuestro parientes, y al las de tó cristo).
Ahora bien, en nuestra infantil crueldad, cuando se nos reveló quiénes eran ellos, ¿quién no intentó cargarse el supuesto mito ante los compis? Yo lo supe a los 6 años. Era un niño inquieto y no comprendía cómo esa gente podía ir por las casas tan rápido. Buscaba una explicación racional y no me emocionaba. NO TENÍA ILUSIONES. Es muy triste. Me lo dijo mi madre, que dio con la clave. Desde entonces nació en mí la ilusión porque sé que tras esos seres extraños y entes paranormales se esconde algo que va más allá de la magia. Desde entonces dediqué muchos años a burlarme de los que creían . Con la pre-adolescencia llegó la empatía, y empecé a buscar recetas para que mi hermano creyera tras años de burlas y vejaciones. Creyó, aunque enseguida tuvo inquietudes: "¿Por qué los pajes del cole son [la Shizuka de turno de nuestra clase: todos íbamos locos por ella] y [un tipo grandullón que ahora reside en Inglaterra]?" Un compañero mío intentó convencerle de que eran uno de África y otro de Jordania, pero mi hermano no tragó. Después se preguntó por qué Papá Noel tenía la letra de mi madre - yo ya le dije que no iba a funcionar -, y tuve que convencerle de que Santa le dictó el mensaje (y eso que hizo otro para mí, bajo mi connivencia, para cubrirse las espaldas. Incluso me dio ambos mensajes para que los corrigiera porque no sabe escribir bien en catalán) para disimular) porque él no tenía tiempo de escribir. Coló. Después se preguntó por qué habían tres Papanoeles en el Portal de l'Àngel y uno le dijo "Visca el Barça, eh!" ¿Pero Santa no es de todo el mundo? Creo que coló decirle que eran delegados locales al sevicio de Santa que hacían su trabajo mientras él explotaba elfos en Laponia (no se lo dijimos exactamente así. pero bueno, tu ja m'entens, noi - Aquí somos enemigos del Wert ese, que quede claro).
Cuando mi hermano tenía once años pasó lo insólito -en un primer momento - y lógico. Yo iba al insti y mi empeño por conservar la ilusión del chaval era más firme que nunca. Y le digo "Los Reyes ya han plantado el campamento", y me contestra "No me vengas con mandangas, Marc, que sé la verdad". Hacía como un año que lo sabía. Lo había concluído por pura lógica pero deseaba que NOSOTROS mantuviéramos la ilusión. Creo que no se dio cuenta pero fue su manera de devolvernos los esfuerzos que hicimos. Lo veo así.
Con la llegada de la edad adulta lo comprendí del todo. Los rostros iluminados de los críos cuando van a ver al Paje, los abuelos peleándose a hostia limpia por lograr caramelos para sus nietos en la Cabalgata... Vi lo que yo jamás tuve.
Si un día tenéis hijos, criadlos para que crean. No tener ilusiones es triste de veras. Que no os salgan analíticos como yo.
Para mantener la ilusión tenéis que leer el decimoséptimo capítulo de World of Trollcraft
ResponderEliminarYo tambien lo supe pronto(no sé a que edad pero a los 8 ya lo sabía fijo), pero les hice creer a mis padres que todavía "creía". Me quedaba en la cama tapado hasta las 9 de la mañana (yo siempre he sido muy madrugador y eso era raro en mí) y mis padres venían a buscarme para que fuera a por los Reyes.
ResponderEliminarIgual que vosotros lo descubrí pronto, concretamente cuando debajo de la cama de mis padres vi un paquete envuelto que resultó ser el Mecano que me había pedido. Me hice el sueco y como si nada.
ResponderEliminarUn clásico XD La de regalos que he descubierto para mi frustración!
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